Los derrames torácicos ( bien pleurales o pericárdicos ) en los gatos son más frecuentes de lo que pensamos. En muchos casos tienen una etiología infecciosa o metabólica, pero siempre hay que pensar en causas tumorales o cardiacas. En la mitad de nuestros casos había una causa cardiaca, por la disposición de las venas pleurales en el gato. En este caso y siempre debiendo realizar una ecografía o ecocardiografía para descartarlas, nos encontramos con un cáncer mesotelial que afectaba tanto a pleura como a pericardio.