Guía de incubación. Parte II

3-VENTILACIÓN.
La ventilación es importante en incubadoras y nacedoras, porque el aire fresco, oxigenado, es necesario para la respiración (consumo de oxígeno y desprendimiento de dióxido de carbono) de los embriones en desarrollo, desde que el huevo es introducido en la incubadora, hasta que nace el pollo y es retirado de la nacedora. La necesidad de volumen de oxígeno es menor durante los primeros días comparada con los estados más avanzados de desarrollo.
El cascarón tiene entre 3 y 6 mil pequeños hoyos, llamados poros, por medio de los cuales, el oxígeno pasa del aire al embrión en desarrollo y el dióxido de carbono, del embrión al aire. Los pulmones del embrión no están desarrollados durante las primeras etapas de desarrollo del embrión. La respiración entonces, durante los primeros 3 a 5 días, es proveída por medio del sistema circulatorio que crece del embrión. Para alcanzar este sistema, el intercambio de gases debe atravesar por los poros y la albúmina (clara). Dicho sistema se encuentra en la superficie de la yema. Después del 4° o 5° día de desarrollo, otra estructura, llamada alantoides, crece en el embrión, se extiende por la albúmina y se posiciona justo bajo el cascarón. El alantoides se convierte en el órgano primario de respiración del embrión en desarrollo y lo es hasta justo el momento en que el pollo empieza a picar el cascarón. La transferencia de la función respiratoria desde el alantoides hasta los pulmones, empieza tres o cuatro días antes del rompimiento del cascarón. Dicha transferencia es gradual y es completada para cuando el pollo termina de romper el cascarón.
Lo que debemos mantener siempre presente acerca de la respiración del embrión, es que la ventilación es muy importante para el proceso de incubación, especialmente cuando nos acercamos al final del mismo, porque los embriones son más grandes y la frecuencia de su respiración es mucho más alta que al principio.
He aquí unos consejos prácticos para lograr una correcta ventilación:
El aire ya viciado que sale de la incubadora o nacedora debe ser a su vez ventilado fuera de la habitación. Esto especialmente si la máquina está localizada en una habitación cerrada o muy pequeña. Ventilar correctamente el lugar dónde se encuentra, nos asegura una apropiada ventilación al interior de la máquina y que el aire fresco estará disponible para los embriones. Normalmente, cuando tenemos una incubadora o nacedora casera, tendemos a cerrar las ventanas y las puertas de la habitación en la que la tenemos, con la intención de conservar el calor y la humedad. Esto, por supuesto, es un error, ya que la máquina estará sacando el aire viciado con dióxido de carbono a la habitación y de esta misma estará tomando el aire para ventilar la máquina, lo que nos puede ocasionar problemas de correcta oxigenación e los embriones.
El mayor volumen de oxigeno se va a necesitar hacia el final del periodo de incubación, ya que los embriones son más grandes y su frecuencia de respiración aumenta notablemente.
En las grandes incubadoras comerciales, las ventilas están siempre en movimiento abriendo o cerrando lentamente, a menos que alcancen el punto de completamente abiertas o cerradas. Si el termostato está ajustado a 100°F., las ventilas comienzan a abrirse cuando la temperatura alcanza los 100°F.. y a cerrarse cuando está debajo de 100°F. (las ventilas están instaladas de tal manera que jamás están completamente cerradas.) Con este método de control, las ventilas tienden a estar casi cerradas durante los meses de invierno, cuando aire más frió entra en la máquina. Por el contrario, durante la primavera tardía, el verano y principios del otoño, el consumo de aire mas caliente usualmente mantiene las ventilas abiertas entre un 50 y 100%. Este mismo patrón se presenta en primavera, cuando tenemos días calientes y noches frías. Durante los primeros días de desarrollo del embrión, este desprende menos calor, entonces, las ventilas tienden a cerrarse mas que con embriones en estados avanzados de desarrollo.
La explicación más sencilla para ajustar las ventilas de una incubadora o nacedora casera manualmente es:
1.- Provea mayor ventilación cuando los embriones estén en etapas avanzadas de desarrollo o cuando la temperatura exterior decrezca.
2.- Asegúrese de que la ventilación de entrada y de salida para la máquina sea la misma.
3.- Preste tanta atención a la apropiada ventilación, como la presta a la temperatura y a la humedad (recuerde que es igualmente importante)
4.- Asegúrese de que se está deshaciendo del aire viciado, especialmente en cuartos pequeños o cerrados, de manera que la máquina pueda tomar aire limpio y fresco.
5.- Si la máquina ha sido cargada en distintas ocasiones, tendremos embriones en diferentes etapas de desarrollo. En este caso, a menos que el aire exterior esté muy frío, las ventilas no deben estar cerradas a más del 50% de su capacidad. Especialmente si la máquina está casi llena o llena de producto.
¿Cómo saber si la ventilación de la incubadora o nacedora es insuficiente?
La primera señal suele ser un bajo porcentaje de nacimientos. La falta de ventilación apropiada puede estar contribuyendo a este factor si, después de examinar a varios embriones muertos en el cascarón se observan las siguientes condiciones:
1.- La mayoría de los embriones alcanzan desarrollo hasta el día 19 o 20.
2.- No están deshidratados.
3.- No están mal posicionados.
4.- La yema restante en el interior del huevo parece estar en buenas condiciones y libre de enfermedades.
5.- La lectura de humedad se acerca más a 90 que a 80.
6.- El elemento de calentamiento está raramente encendido durante las últimas etapas del desarrollo.
7.- Las ventilas no están abiertas.

4-VOLTEO DEL HUEVO.
Las aves, incluyendo gallinas y codornices, voltean el huevo durante la incubación en el nido. La naturaleza provee a las aves que anidan con el instinto y nosotros sabemos que el volteo es necesario en las incubadoras para obtener el máximo potencial de nacimiento en un huevo.
¿Sabe usted porque es necesario el volteo para una buena incubación?
La albúmina (clara) del huevo no contiene partículas de grasa y cuenta con un peso específico muy cercano al del agua. La yema, por el contrario, tiene un contenido relativamente alto de grasa. Grasas y aceites tienen pesos específicos menores al del agua y flotan en ella. La yema tiende a hacer lo mismo, flota en la clara. Si el huevo es dejado en una misma posición, la yema tiende a flotar en la clara y se pega al cascarón.
El embrión en desarrollo siempre se encuentra en la superficie más elevada de la yema. Cuando el huevo es volteado, la yema gira en la albúmina y el embrión se posiciona de nuevo en la parte superior. La naturaleza hace esto para que el embrión esté siempre en la mejor posición para recibir calor de su madre. Si el huevo no es volteado, la yema tiende a flotar y empuja al embrión contra el cascarón, lo que ocasiona su daño o muerte.
Tiras de albúmina, enredadas entre si, se extienden desde la yema, entre la clara y hasta los dos extremos del huevo. Estas tiras, llamadas chalaza, ayudan a mantener la yema en el centro del huevo, hasta que este empieza a deteriorarse, justo como sucede al introducirlo en un ambiente de 100°F, en la incubadora.
Al tiempo que la albúmina comienza a hacerse más acuosa, la chalaza pierde su capacidad de mantener la yema en su lugar, haciendo aún más importante voltear el huevo constantemente antes de que el proceso de incubación comience. En general, la necesidad de volteo del huevo empieza desde que el huevo es puesto en la incubadora, hasta 2 o 3 días antes de que el pollo empiece a picar.
En las incubadoras comerciales el huevo es volteado cada hora, durante las 24 horas del día. Algunas incubadoras caseras (no en el caso de las incubadoras INCUMATIC) voltean el huevo solo 2 veces al día, una en la mañana y otra mas en la noche. El periodo mínimo recomendable es de dos horas entre volteo y volteo.
Los huevos no deben voltearse más cuando falten de 2 a 3 días para el nacimiento de los pollos. Estos necesitan posicionarse dentro del huevo para poder picar el cascarón y lo hacen mejor si están quietos cuando este proceso tiene lugar. Para este momento, el embrión es lo suficientemente grande y ha consumido la mayor parte de la yema, por lo que ya no corre peligro de ser aplastado entre la yema y el cascarón.

5-HIGIENE.
Aún si todos los factores necesarios, como temperatura y humedad, están operando perfectamente, nuestro porcentaje de nacimientos puede resultar muy bajo si las medidas de higiene que aplicamos son insuficientes. La higiene deficiente no solo puede causar bajo porcentaje de nacimientos, sino subsecuente muerte prematura en la criadora, así como muerte lenta o periodos de pobre o nulo crecimiento. Lo que es lo mismo, puede causar grandes pérdidas de dinero.
Las herramientas más importantes para usar en la limpieza y desinfección de una incubadora son:
Agua
Detergente
Cloro
Trabajo duro.
Algunas personas piensan, erróneamente, que un buen desinfectante es la solución a sus problemas; que desinfectar puede sustituir el limpiar. Esto simplemente no es verdad.
Recordemos esto: Es casi imposible desinfectar un ambiente sucio. ¿Porqué? Porque la mayoría de los desinfectantes pierden su efectividad tan pronto como entran en contacto con materia orgánica. A más sucia la superficie a limpiar, menos efectivo el desinfectante aplicado.
Algunos desinfectantes son más efectivos en presencia de materia orgánica que otros. Los más efectivos resultan corrosivos, emiten gases nocivos y/o tóxicos y normalmente no son usados en incubadoras.
Una buena limpieza, usando simplemente agua y detergente, puede eliminar entre el 95 y el 99% de los microbios. En este caso, cuando la limpieza se hace con suficiente frecuencia y asumiendo que los huevos que se introducen en la máquina están bien limpios, el trabajo de desinfección puede “no hacerse tan seguido”.
La manera más sencilla de lavar y desinfectar, al mismo tiempo, una incubadora o nacedora es utilizando una solución de 20 gotas de cloro por litro de agua para limpiar todo el interior de la máquina; siempre cuidando retirar antes la suciedad pegada en las paredes de la misma.
En cuanto a la limpieza de los huevos, esta debe realizarse antes de introducirlos a la incubadora. La solución a preparar para este efecto es 8 a 10 gotas de cloro por litro de agua. El procedimiento es simple. Con un trapo humedecido en esta solución, se deben limpiar perfectamente los huevos, cuidando no dejarles excremento o sangre. Recuerde, mala higiene puede ocasionar tantos o mayores problemas como tener dificultades con la temperatura, la humedad, el volteo o la mala ventilación en el proceso de incubación artificial.

REQUERIMIENTOS DE AIRE DURANTE LA INCUBACIÓN.
Los principales componentes del aire son: Oxígeno (O2), Nitrógeno (N2), Dióxido de carbono (CO2) y vapor de agua (H2O). El movimiento libre de estos gases a través del cascarón y sus membranas es importante, porque el embrión en desarrollo debe recibir un abastecimiento constante de oxígeno y eliminar dióxido de carbono y humedad.
El oxigeno en el aire:
El contenido de oxigeno en el aire, a nivel del mar, es aproximadamente 21%. Es imposible incrementar este porcentaje al interior de la incubadora, a menos que se introduzca oxígeno puro. Generalmente, el contenido de oxígeno en el aire dentro de la incubadora permanece en este porcentaje, pero pueden existir variaciones en la nacedora cuando el rápido desarrollo de los embriones aumenta el nivel de dióxido de carbono. El porcentaje de nacimientos puede verse afectado en aproximadamente 5% por cada 1% que el contenido de oxígeno en el aire baje de 21%. El peligro principal en estos casos es que los altos niveles de dióxido de carbono se vuelven tóxicos.
El abastecimiento de aire es generalmente adecuado:
A medida que el embrión se desarrolla, su demanda de oxigeno incrementa y una cantidad mayor de dióxido de carbono es expulsada al ambiente. Cada uno de estos procesos crece aproximadamente 100 veces entre el 1° y el 21° día de incubación (como se muestra en la tabla). En el 18° día de incubación, 1000 huevos requieren 143 pies cúbicos de aire fresco por día (con porcentaje de oxígeno al 21%) Una incubadora cargada con 40,000 huevos, necesitaría 5,720 pies cúbicos de aire fresco por día, o aproximadamente 238 por hora. Basándonos en los volúmenes de oxigeno que se necesitan para incubar, el aire en la mayoría de las incubadoras debe cambiarse 8 veces por día, una vez cada 3 horas. Esta proporción de cambio de aire es la mínima requerida. El intercambio de gases, en la mayoría de las incubadoras caseras es más que adecuado. En algunos casos se debe tener cuidado que, no por sobre ventilar la incubadora, provoquemos una pérdida excesiva de humedad.
La tolerancia al dióxido de carbono:
El dióxido de carbono es un subproducto natural del proceso metabólico, durante el desarrollo embrionario y que se presenta desde el momento mismo de la fecundación del huevo. De hecho, CO2 es expulsado del huevo al momento en que es puesto por la gallina.
Los niveles de dióxido de carbono pueden elevarse en incubadoras y nacedoras, cuando el intercambio de gases es insuficiente. Los embriones menos desarrollados presentan menos tolerancia al CO2 que los más desarrollados. Durante los primeros 4 días de incubación, el nivel de tolerancia es de aproximadamente 0.3%.
Niveles de dióxido de carbono superiores a 0.5% reducen el porcentaje de nacimientos ligeramente. Niveles arriba de 1%, significativamente y niveles arriba de 5% son por necesidad mortales. Al momento del nacimiento, los pollos expiden mucho más CO2 que los embriones, y su tolerancia se aumenta al 0.75%.
Existen aparatos especiales para medir el contenido de CO2 en el aire. El mejor lugar para medir este contenido es en el conducto de salida de aire de la incubadora. No es recomendable abrir la máquina para medir el CO2, porque el dejar entrar aire a la máquina podría arrojarnos medidas erróneas.
Velocidad del flujo de aire:
La función del flujo de aire no se reduce a llevar aire fresco a los embriones y reducir el nivel de dióxido de carbono. También se encarga de mantener lo niveles de humedad y temperatura dentro de la máquina. Debemos asegurarnos de que los ventiladores de la máquina estén siempre funcionando correctamente. El mal funcionamiento de esta parte del equipo, no solo nos dará como resultado una mala oxigenación de los embriones, sino que además no les llegará suficiente calor y humedad.

Acerca de Juan Griñán

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