Ehrlichiosis Mononuclear Canina

La ehrlichiosis monocitotrópica canina está causada por un grupo de bacterias intracelulares que parasitan las células mononucleares (monocitos, macrófagos y linfocitos) del perro, y cuyo representante principal es la Ehrlichia canis. La E. canis es una bacteria cosmopolita que se transmite principalmente por la garrapata marrón Rhipicephalus sanguineus, aunque otros vectores pueden transmitirla de forma esporádica.

La variabilidad en la gravedad de la enfermedad se asocia a múltiples factores, como la concurrencia de otras infecciones transmitidas por garrapatas (babesiosis, anaplasmosis…), cantidad de bacterias inoculadas por la garrapata, estado inmunológico previo y raza (el Pastor Alemán es más susceptible que otras razas). No hay predilección por edad o sexo.

Mórula de Ehrlichia spp en el citoplasma de una célula mononuclear. Frotis de sangre teñida con Diff-Quick

El periodo de incubación se establece entre 8 y 20 días, en los que la Ehrlichia se reproduce por fisión binaria en los macrófagos del sistema monocítico-fagocítico diseminandose por todo el organismo. El curso clínico de la ehrlichiosis tiene 3 fases: aguda, subclínica y crónica; en ocasiones diferenciables por la sintomatología y por las anormalidades clinicopatológicas. La fase aguda dura entre 2 y 4 semanas y los signos clínicos más frecuentes incluyen fiebre, descarga oculonasal, anorexia, letargia, petequias, equimosis, epistaxis, linfadenomegalia y esplenomegalia. Las anormalidades de laboratorio en ésta fase incluyen anemia leve a moderada (aunque la anemia puede ser más importante si se desencadena un proceso hemolítico inmunomediado), trombocitopenia, leucopenia con neutropenia (a veces se observa linfocitosis en grado variable) e hiperglobulinemia de carácter policlonal, aunque algunos animales desarrollan una hiperglobulinemia monoclonal. Si los animales superan la fase aguda entran en la fase subclínica. Durante la fase subclínica, los animales no presentan sintomatología, suben de peso por un aumento del apetito y ya no presentan fiebre, aunque pueden ser portadores de la enfermedad durante varios años. Sin embargo, los recuentos de plaquetas suelen ser algo inferiores en ésta fase. Los animales inmunodeprimidos, o que por cualquier razón son incapaces de eliminar la bacteria del organismo, entran en la fase crónica de la infección, manifestando anemia leve a moderada no regenerativa (anemia de las enfermedades inflamatorias crónicas) y pancitopenia en su forma más grave por disminución en la velocidad de producción de células hemáticas (aplasia/hipoplasia medular).

Mórula de Ehrlichia spp en el citoplasma de una célula mononuclear. Frotis de sangre teñida con Diff-Quick

Además de los signos clínicos anteriormente descritos, los animales pueden desarrollar una amplia variedad de síntomas. Los signos oculares como uveitis y ceguera son como consecuencia de coriorretinitis, hemorragia retinal y desprendimiento de retina. Los signos neuromusculares se asocian a meningitis y hemorragias meningeas. Aunque no es frecuente, en algunos casos de animales con neuropatías se han observado mórulas de ehrlichia en el análisis citológico del LCR. Algunos animales muestran polimiositis. La poliartritis es un signo clínico bastante frecuente y se asocia a hemartrosis o a depósitos de inmunocomplejos en la membrana sinovial. El líquido sinovial, a menudo muestra una elevada concentración de neutrófilos. Finalmente, los perros con ehrlichiosis pueden desarrollar infecciones oportunistas por otras bacterias, hongos o protozoos. A pesar de que el vector de transmisión es diferente, los animales con ehrlichiosis, frecuentemente presentan coinfección con leishmania en áreas endémicas.

El diagnóstico se establece en base a la sintomatología y hallazgos clinicopatológicos; y mediante técnicas de PCR y serológicas. El diagnóstico definitivo se obtiene mediante la identificación microscópica de mórulas de ehrlichia a partir de frotis de sangre, de la capa leucocitaria, punción de bazo y ganglios linfáticos, o a partir de muestras de médula ósea. La observación de mórulas de ehrlichia a partir de frotis de sangre es difícil; ya que, por lo general, únicamente están presentes en la fase bacteriémica aguda del curso de la enfermedad, a menudo antes de que el animal presente sintomatología.

El protocolo estandar de tratamiento que utilizamos en el Centro Veterinario JG para la ehrlichiosis canina es de 2 dosis de propionato de imidocarb (Imizol) a 5 mg/kg, vía IM, separadas una de otra 15 días; y doxicilina a 10 mg/kg/día, vía oral, durante 2 o 3 semanas dependiendo de la evolución del paciente.

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