Acude a nuestra consulta Laika, un pastor alemán, hembra de 3 años con signos de depresión del SNC y deshidratación. El propietario refiere vómitos amarillentos esporádicos desde hace 2 días y una elevada ingesta de agua. A la exploración no se evidencia dolor abdominal. La temperatura es de 37ºC y la frecuencia cardiaca de 160/min. Presenta un comportamiento anormal con alteraciones en la movilidad e incoordinación. Durante la anamnesis, en un principio, el propietario no contempla la posibilidad de ingesta de algún tóxico. Ante la gravedad del cuadro clínico y la sospecha de una intoxicación, o una encefalopatía hepática, se procede a la hospitalización del animal para realizar pruebas y administrar fluidoterapia.
Se realiza analítica de sangre con hemograma, bioquímica básica con marcadores renales y hepáticos, y un ionograma. Tal y como se manifiesta en el Cuadro 1, los valores hemáticos son normales; sin embargo, la bioquímica presenta valores hepáticos normales y una marcada azotemia (valor de creatinina de 10,8 mg/dL). El sodio elevado (170 mmol/L) puede estar asociado al estado de deshidratación en el momento del ingreso y/o al desequilibrio electrolítico característico en la intoxicación por etilenglicol (aumento de la brecha aniónica).
A pesar de la elevada ingesta de agua referida por el propietario, y comprobada posteriormente en nuestro hospital, y a la administración de fluidoterapia; observamos que el animal no orina en la misma proporción a la administración de líquidos, por lo que procedemos a realizar un sondaje urinario con el objeto de calcular la cantidad de orina producida y realizar un urianálisis. La cantidad de orina recogida es mínima en relación a la aportación de fluidos intravenosos.
La densidad urinaria obtenida mediante refractometría arroja un resultado en el rango isostenúrico (1,012); sin embargo, llama la atención un resultado de glucosuria muy marcado (3+) asociado a una situación de normoglucemia (104 mg/dL), permitiéndonos sospechar de una alteración tubular renal (tubulopatía). Asimismo, la tira reactiva de orina nos aporta un resultado de 1+ para proteínas, que en relación a la baja densidad urinaria obtenida es muy sugestivo de una situación de proteinuria. Este parámetro podría ser cuantificado de manera mas exacta mediante el cálculo del ratio proteína/creatinina urinaria; que no se realiza a causa del limitado presupuesto del propietario. Los signos clínicos observados y los resultados analíticos nos permiten considerar un estado de insuficiencia renal aguda oligúrica. En el sedimento urinario encontramos la clave del origen del proceso, con la presencia de numerosos cristales de oxalato cálcico monohidrato, característicos de la intoxicación por etilenglicol (Microfotografías 1 y 2).
A pesar del tratamiento específico aplicado con etanol, desgraciadamente el paciente fallece a las pocas horas a causa de la demora en la aplicación del tratamiento correcto.
La intoxicación por etilenglicol (anticongelante) es una de las causas de mayor mortalidad por ingesta de tóxicos que se pueden presentar en la pequeñas especies (aproximadamente un 80%). Es esencial la identificación precoz del tóxico en el organismo, y con gran frecuencia el desconocimiento por parte de los propietarios de la toxicidad del compuesto, demora en exceso la aplicación del tratamiento específico. En nuestro caso clínico el paciente se presenta 2 días tras la supuesta ingestión del anticongelante. El propietario nos indica, posteriormente, que estuvo con el perro en un taller mecánico, lugar donde estimamos pudo ingerir el tóxico.
Interesante caso, para tenerlo como referencia. Gracias
Gracias Noé. Un saludo