Ante un gato o perro con disuria, hematuria o con signos de tracto urinario siempre se nos viene a la cabeza una infección urinaria con presencia o no de cristales o urolitos en vejiga o vías altas.
Es de destacar las ventajas que tiene la ecografía en cuanto a diagnóstico inmediato por la hiperecogenicidad de todos los tipos de urolitos con respecto al diagnóstico por radiología ya que no siempre se ven los cálculos por su escasa a veces radiodensidad.
Además como exponemos en este caso, depende también del observador o del interpretador de la radiografía.
Con la ecografía tenemos la ventaja de obtener imágenes en varios planos de todas las estructuras urinarias, interior y paredes de la vejiga urinaria, proporciones y medidas de la corteza y pelvis renales, con lo cual salvamos la superposición de estructuras en un mismo plano que ofrece la radiología.
Gracias a los modernos aparatos de digitalizacion y manejo automático, con ampliación de la imagen, mejora del contraste, transformación en imagen negativa, podemos mejorar el porcentaje de diagnósticos radiológicos, al reducir el error, sobre todo en clínicos que no dispongan de aparato de ecografía.
De todas formas el estudio en el urianálisis es fundamental de cara a emitir el diagnóstico e instaurar el correcto tratamiento, siempre interpretando los parámetros de la tiras reactivas de orina obtenida preferentemente por punción vesical ecoguiada, junto a una microscopía del sedimento, en busca de celularidad y cristaluria.