Aspergilosis aviar (parte 2 de 2)

Epidemiología
Los Aspergillus sp. son ubicuos y la enfermedad puede aparecer dondequiera que las condiciones ambientales sean favorables para el crecimiento de hongos. Las camas de paja contaminada con esporas de hongos así como la alimentación con granos mohosos expondrá a las aves a un alto número de hongos. Situaciones de encasetamiento en las que se provea de los depósitos de agua necesarios y tengan pobre ventilación predisponen a las aves a la enfermedad. En un hospital veterinario, esta enfermedad es frecuentemente una infección secundaria en un ave ya estresada ó debilitada. No se considera que la enfermedad sea contagiosa por transmisión horizontal ó vertical, sin embargo frecuentemente se afecta más de un individuo del grupo debido a la exposición al mismo factor de estrés u otras condiciones ambientales.

Tratamiento
Si el ave se presenta en dificultad respiratoria aguda, como frecuentemente ocurre en caso de granuloma de siringe, puede ser necesario colocar una cánula en el interior de los sacos aéreos antes de proceder con el diagnóstico y el tratamiento. Esta cánula permite al ave inspirar directamente a sacos aéreos, evitando así al granuloma que está funcionando como una obstrucción de las vías aéreas.
El tratamiento de aspergilosis incluye el uso de uno ó más agentes antifungales. Si se presenta un aspergiloma en siringe, generalmente se requiere un desbridamiento manual bajo anestesia, vía traqueoscopía, en combinación con los agentes antifungales sistémicos. Durante muchos años, en un afán de dar tratamiento «tópico» a los pulmones y sacos aéreos del ave con enfermedad del tracto respiratorio inferior, se han usado nebulizaciones con agentes antifungales en conjunción con los tratamientos sistémicos. El clortrimazol (10 mg/ml polietilen glicol, 30 – 60 min), la terbinafina (1 mg/ml solución acuosa), y la amfotericina B (1 mg/ml agua estéril ó salina, 15 min, cada 12 h) han sido usados para esta modalidad. Recientemente, ciertos estudios han cuestionado la eficacia de las nebulizaciones en la administración de agentes antifungales a los sacos aéreos, pero el tratamiento aún es usado comúnmente. Si el ave está respirando a través de cánula de sacos aéreos, la posibilidad de que el agente antifungal efectivamente combata la enfermedad de los sacos aéreos probablemente se incrementa. Debe tenerse cuidado en prevenir la exposición de las personas encargadas del cuidado del ave a la amfotericina B aerosolizada, debido a la propensión de esta droga a causar nefrotoxicidad. Otro uso tópico de la amfotericina B es la infusión directa de líquido inyectable a la tráquea, a través de la glotis (1 mg/kg IT cada 8 – 12 h).
En el tratamiento de la aspergilosis, han sido usados exitosamente una variedad de agentes antifungales, incluyendo ketoconazol (30 mg/kg oral cada 12 h), itraconazol (10 mg/kg oral cada 12 h), fluconazol (15 mg/kg oral cada 12 h), terbinafina (10 – 15 mg/kg oral cada 12 – 24 h), y amfotericina B (1.5 mg/kg IV cada 8 h x 3 días). Para casos en que se desea la penetración a SNC, el fluconazol es el medicamento sistémico de elección. El fluconazol es también el fármaco de elección para todas las formas de enfermedad en el loro africano gris debido a que esta especie es particularmente susceptible a falla hepática y muerte después de tratamiento con itraconazol.
En el zoológico de San Diego se usa el itraconazol ó una combinación de itraconazol y terbinafina para los casos típicos de aspergilosis de siringe ó tracto respiratorio inferior. La amfotericina B es usada inicialmente en algunos casos muy severos debido a su naturaleza fungicida y su mayor velocidad de efecto clínico que otros medicamentos fungicidas. En el tratamiento de casos severos se añade n las nebulizaciones con clortrimazol y la terapia con oxígeno.

Prevención y control
Para ayudar a prevenir la exacerbación de aspergilosis en el ambiente del hospital veterinario, donde sea posible el regado ó lavado de sitios cerrados debe ser seguido de secado con toallas, prefiriéndose esta práctica sobre el secado por evaporación. Se recomienda además la desinfección diaria con agentes cuaternarios de amonio como el Roccal. Solo debe usarse paja nueva para las camas, y los granos u otros alimentos deben ser frescos para evitar la contaminación por hongos ó moho.
Deben hacerse esfuerzos para reducir el estrés manteniendo el área tranquila, evitando hospitalizaciones prolongadas, proporcionando una barrera visual como papel en el frente de las jaulas, y restringiendo al mínimo necesario la manipulación para pruebas diagnósticas y tratamientos. Será necesario proveer estanques para reducir el estrés en las aves acuáticas, y la ventilación deberá ser adecuada en tal forma que evite elevaciones sustanciales de la humedad en lugares cerrados.
La prevención en el ambiente del hogar ó del zoológico debe seguir los mismos principios de desinfección, ventilación y reducción de estrés, considerando los factores adicionales de estrés como son las interacciones con los compañeros de jaula, la competencia por el alimento, ó las interacciones con los miembros de la familia y otras mascotas mamíferas. Deberá evitarse fumar en el ambiente del ave, debido a que esto causa irritación del tracto respiratorio y predispone a las aves a la aspergilosis, así como a otras enfermedades.

Acerca de Juan Griñán

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