La proteinuria se define como la excreción o “escape” de proteínas en la orina. En los animales domésticos, e incluso en los seres humanos, se considera normal una pequeña excreción de proteínas en la orina. La pared capilar glomerular constituye una barrera selectiva para el paso de las moléculas hacia el espacio de Bowman (Fig. 1) en virtud del tamaño molecular y de la carga eléctrica de tales moléculas. Los pequeños poros en la pared capilar glomerular formados por las fenestraciones de las células endoteliales, la membrana basal y los podocitos poseen un diámetro entre 2 nm y 4 nm. Las moléculas inferiores a 2 nm atraviesan libremente la barrera glomerular accediendo al espacio de Bowman. Las moléculas superiores a 4 nm no logran atravesar la barrera glomerular. Las sialoproteínas de la membrana de las células endoteliales poseen una carga negativa que repele a aquellas moléculas que poseen una carga neta negativa. Estos dos factores selectivos de la barrera glomerular son determinantes para el filtrado glomerular de las proteínas. Por ejemplo, las proteínas de bajo peso glomerular, como la α1-glicoproteína ácida, α1-antitripsina y la prealbúmina atraviesan bien la barrera glomerular.
La albúmina, con 69 kD es una proteína globular muy abundante en el plasma, de 3,6 nm de diámetro y que podría atravesar libremente los poros glomerulares más grandes. Sin embargo, posee una elevada carga negativa neta que condiciona su acceso al espacio de Bowman. A pesar de todas estas limitaciones, una pequeña parte de albúmina accede al lumen de los túbulos renales. El filtrado glomerular de los perros y gatos sanos contiene sólo 2-3 mg/dL de albúmina, una concentración muy pequeña si tenemos en cuenta que la concentración plasmática de albúmina es de 4000 mg/dL. Además, gran parte de la albúmina, proteínas de bajo peso molecular y macroproteínas con carga positiva serán recaptadas en el túbulo contorneado proximal por medio de receptores específicos de membrana de las células tubulares e internalizada hacia su citoplasma mediante pinocitosis, donde se degradarán en sus elementos principales, los aminoácidos; o devueltas al torrente sanguíneo. Finalmente, en la orina de perros y gatos sanos se encontrará presente menos de 1 mg/dL de albúmina, a lo que se sumarán otras proteínas de secreción tubular como enzimas, mucoproteínas e inmunoglobulinas que constituirán aproximadamente el 50% de las proteínas presentes en la orina de los animales sanos.
La proteinuria puede tener un origen prerrenal, renal o postrenal. La proteinuria prerrenal puede ser fisiológica, y aunque sus mecanismos no han sido completamente dilucidados, parece estar implicada una vasoconstricción renal transitoria, isquemia o congestión renal. Suele ser transitoria y de carácter benigno. Los elementos desencadenantes de la proteinuria renal benigna son el ejercicio vigoroso, sobretodo en animales sedentarios a los que se les obliga a realizar un ejercicio al que no están habituados, la fiebre, convulsiones, el frío o calor extremos, y el estrés. La inactividad por largos periodos de tiempo, como puede ser el confinamiento en jaulas, también puede dar lugar a proteinuria prerrenal fisiológica. La proteinuria prerrenal patológica puede deberse a disproteinemias, es decir la formación de elementos proteicos, generalmente asociados a fracciones de inmunoglobulinas. Un ejemplo es la proteinuria de Bence-Jones, nombre que recibe la presencia de cadenas ligeras de inmunoglobulinas que atraviesan libremente el glomérulo renal a causa de su pequeño tamaño molecular. La proteinuria de Bence-Jones se observa en el mieloma múltiple, neoplasia que implica a las células plasmáticas (productoras de inmunoglobulinas). Otros ejemplos de proteinuria prerrenal patológica son la hemoglobinuria y la mioglobinuria que causan un color rojizo a la orina y que no desaparece tras centrifugarla. También se ha observado en algunos casos de animales con insuficiencia cardiaca congestiva la presencia de una proteinuria de carácter variable. La proteinuria de origen prerrenal ofrece un sedimento urinario inactivo. El sedimento inactivo se caracteriza por la escasa presencia de hematíes, leucocitos y células del epitelio urinario.
continuará en “Marcadores Bioquímicos: Proteinuria (2ª Parte)”