Marcadores bioquímicos: Proteínas Totales, Albúmina y Globulinas Séricas (2ª Parte)

(continuación de “Marcadores bioquímicos: Proteínas totales, albúmina y globulinas (1ª Parte)”)

La concentración de proteínas plasmáticas puede variar en estados fisiológicos, en función de la edad del animal, o durante la gestación, o lactación. En el perro y el gato, como el resto de mamíferos, la concentración de proteínas séricas/plasmáticas es baja en el nacimiento, pero aumenta tras la toma del calostro por la contribución de las inmunoglobulinas. Posteriormente, se reducen hasta las 5 semanas de vida conforme se metabolizan las proteínas de origen calostral. Finalmente, se van incrementando hasta que llegan a las concentraciones normales del adulto hacia los 6 meses de vida. En perros de razas grandes, puede requerir mas tiempo en alcanzar las concentraciones normales del adulto, a causa de la gran expansión plasmática que tiene lugar en las primeras etapas de vida del animal. En los animales adultos, la albúmina se va reduciendo progresivamente con el envejecimiento; sin embargo las globulinas van incrementándose, sobretodo en animales geriátricos, por un aumento en las inmunoglobulinas y las proteínas de fase aguda. Las proteínas totales y las globulinas tienen a reducirse durante el último tercio de gestación, aumentando poco antes del parto hacia niveles normales. Durante la lactación se produce una disminución en la albúmina y las proteínas totales.

Las alteraciones patológicas en la concentración de proteínas plasmáticas comprenden la hiperproteinemia con hiperglobulinemia y/o hiperalbuminemia; y la hipoproteinemia con hipoalbuminemia y/o hipoglobulinemia.

La hiperproteinemia, o aumento de proteínas totales séricas, se observa en estados de deshidratación por un aumento relativo en su concentración. En esta situación podemos observar una hiperalbuminemia e hiperglobulinemia relativas como consecuencia de la pérdida de fluidos. El aumento del hematocrito (poliglobulia relativa) es otro signo que sugiere hemoconcentración por deshidratación. La causa de mayor importancia clínica en el aumento de proteínas plasmáticas es la hiperglobulinemia por aumento de inmunoglobulinas en estados inflamatorios, o neoplásicos como en las neoplasias linfoides o el mieloma múltiple. En esta situación los valores de albúmina son normales, o ligeramente disminuidos.

Las hipoproteinemias las podemos observar en numerosos procesos patológicos y, por lo general, se deben a disminuciones en la concentración de albúmina, o disminución de ambos tipos proteicos, albúmina y globulinas. Son raros los casos en los que se producen disminuciones de globulinas con albúmina normal.

Las hipoalbuminemias mas habituales en la práctica clínica se producen por pérdida urinaria de albúmina, por pérdida intestinal o por una disminución en su síntesis. Las pérdidas urinarias de albúmina que excedan la capacidad hepática de síntesis pueden causar una hipoalbuminemia tan marcada que cause sintomatología clínica con la formación de edemas por el descenso de la presión coloidosmótica intravascular. A esta situación clínica se la denomina síndrome nefrótico. Las causas estructurales del síndrome nefrótico son la glomerulonefritis y la amiloidosis renal. Tanto en la glomerulonefritis, como en la amiloidosis renal se producen pérdidas de albúmina y globulinas de pequeño tamaño; sin embargo, las globulinas de mayor peso molecular no se pierden con facilidad, por lo que es habitual en éstos casos obtener un patrón de hipoalbuminemia con globulinas normales, o próximas al limite inferior de referencia. La pérdida de albúmina en el síndrome nefrótico se asocia a un incremento en las lipoproteínas plasmáticas, con incrementos en los niveles séricos de colesterol y triglicéridos. Estos aumentos en los niveles lipídicos pueden representar un intento del organismo por recuperar la presión oncótica disminuida por la pérdida de albúmina. El aumento de las lipoproteínas plasmáticas puede contribuir al mantenimiento de los niveles séricos de globulinas dentro del rango de referencia, a pesar de las pérdidas urinarias de globulinas de bajo peso molecular. En algunos casos avanzados, o muy graves, ambos tipos de proteínas pueden estar disminuidos.



(continuará en la 3ª Parte)

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