Marcadores bioquímicos: Proteínas Totales, Albúmina y Globulinas Séricas (3ª y última Parte)

(continuación de “Marcadores bioquímicos: Proteínas totales, albúmina y globulinas (2ª Parte)”)

Las pérdidas intestinales de proteína se producen en las enteropatías perdedoras de proteína. Son muy numerosos los cambios estructurales gastrointestinales que conducen a una enteropatía perdedora de proteínas, como alteraciones en las criptas intestinales, infiltración de células neoplásicas/inflamatorias en la mucosa, alteraciones en el flujo linfático, etc. Los parásitos intestinales también pueden ser causa de pérdidas intestinales de proteína. Es importante señalar que algunos casos de enteropatía perdedora de proteínas no se asocian a sintomatología gastrointestinal específica, aunque habitualmente se asocien a diarreas intermitentes. Por ejemplo, en la linfangiectasia intestinal, con frecuencia, las heces son normales, no diarreicas. La pérdida de proteínas a nivel intestinal se produce a causa de una alteración estructural en las uniones celulares del epitelio intestinal, ocasionando la pérdida de proteínas de pequeño y elevado peso molecular. Esto se traduce, con frecuencia, en una hipoproteinemia con hipoalbuminemia e hipoglobulinemia de grado variable.

Los defectos en la producción de albumina se observan principalmente en las hepatopatías crónicas y en estados avanzados de pérdida de funcionalidad hepática. El hígado posee un importante remanente para la producción de albúmina, por lo que generalmente, es necesaria una pérdida importante en la función hepática para que se produzca un descenso significativo de albúmina en el plasma, a no ser que concurran otras causas. Por ejemplo, los estados de inanición, la administración de dietas de mala calidad y bajas en proteínas de elevada digestibilidad, los síndromes de maladigestión o malabsorción; por si solas no suelen causar una hipoalbuminemia clínicamente significativa; sin embargo, si existe un defecto en la síntesis de albúmina (y otras proteínas plasmáticas), aunque sea leve, o una pequeña pérdida de proteína, puede manifestarse como una clara hipoalbuminemia. Muchas globulinas son también de síntesis hepática, por lo que puede producirse una depleción de las mismas. Las globulinas en estos casos suelen estar próximas al límite bajo de referencia.

Otras causas de disminución de las proteínas plasmáticas se pueden observar en procesos exudativos que implican amplias extensiones tisulares como en las piodermias o quemaduras extensas; o por secuestro de proteínas en procesos exudativos de cavidades corporales (piotórax y peritonitis). Las hemorragias agudas y copiosas, tanto internas como externas, también causan hipoproteinemias con descensos en la concentración de albúmina y globulinas en similar proporción, manifestándose una vez haya sido restituído el equilibrio hídrico. Finalmente, la hemodilución producida por un exceso de aporte hídrico es causa de hipoproteinemia, generalmente leve. Otras causas de hemodilución se pueden presentar  en la insuficiencia cardiaca congestiva con presencia de edemas y en el síndrome de secreción inadecuada de vasopresina, ocasionando una hipervolemia con dilución de los solutos plasmáticos.

Las hipoglobulinemias puras son raras en el perro y gato adultos. Se asocian a patologías relacionadas con una falta total, o una reducción en la síntesis de inmunoglobulinas (agammaglobulinemias e hipogammaglobulinemias).

En la práctica clínica nos podemos encontrar con valores normales de proteínas plasmáticas, pero con alteraciones en los valores de albúmina y globulinas, es decir, hipoalbuminemia e hiperglobulinemia. Este patrón se observa, habitualmente, en estados inflamatorios crónicos; y se corresponde con un aumento en las globulinas, a expensas de las inmunoglobulinas y otras globulinas de fase aguda, y con una disminución generalmente leve de la albúmina, ya que ésta última es un reactante de fase aguda negativo.

El diagnóstico de las hipoproteinemias, aparte de las causas obvias (hemorragias, patologías exudativas, quemaduras…) se debe enfocar evaluando el descenso relativo de albúmina y globulinas. Si ambas se encuentran muy disminuidas y en similar proporción, la principal sospecha es una enteropatía perdedora de proteínas. El urianálisis completo con la determinación del ratio proteína/creatinina nos brindará información sobre una posible pérdida renal de proteínas. Las pruebas de funcionalidad hepática son imprescindibles para valorar un defecto en la síntesis de proteínas plasmáticas. El empleo de otras pruebas complementarias como la ecografía abdominal, radiografías y coproanálisis son de gran utilidad para el diagnóstico de otras patologías (linfoma intestinal, parásitos intestinales, procesos exudativos…). Finalmente, la histopatología puede ofrecer valiosa información para el diagnóstico de enteropatías crónicas con pérdida de proteínas a partir de biopsias intestinales.



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